Un niño maltratado por su padre y traumatizado por su infancia cuenta de primera mano como se convirtió en un SEAL a base de esfuerzo continuado y superación personal.
Como David Goggins lo llama, sus dificultades en los primeros años de colegio debido a su situación en casa le complicaron mucho su aprendizaje. No sabía leer ni escribir y no se atrevía a mencionarlo. Un niño que tartamudeaba y no avanzaba como los demás era bastante llamativo para sus profesores y por ese entonces te etiquetaban y estigmatizaban de manera que el se vio incapaz durante muchos años e intentaba engañar al sistema copiando y haciendo trampa. Durante muchos años fue pasando de curso sin dificultad pero cuando llegó el año de graduarse vio que debía subir sus calificaciones y hacer un esfuerzo extra.
El baloncesto era su mejor forma de desahogo y se enfrentó a muchos contratiempos antes de caer en la cuenta de que era él que actuaba o se convertía en un número más de una estadística de desesperanza.
En un ambiente lleno de cosas malas a veces se hundía y no conseguía ver la luz. Se enfrentaba a sus miedos y traumas del pasado y se ponía límites a sí mismo. Comenzó a escribir en posits sus metas a corto plazo y poco a poco consiguió salir de la depresión. Su sueño era entrar en la fuerza aérea y para ello debía de mejorar sus calificaciones y pasar un examen de entrada.
Dedicó su último año de instituto a entrenar y estudiar hasta que se presentó en reclutamiento. Pasó el examen y su alegría y forma de ver las cosas cambiaron. Vio que si se esforzaba a pesar de todas las dificultades podría romper barreras y conseguir cosas.
Se convirtió en todo un atleta, participando en más de sensenta ultramaratones, carreras, maratones, etc. Batió el record guiness de dominadas y se dedicó a dar charlas motivacionales y a explicar su experiencia de superación en la vida.
Tuvo una carrera militar admirable y se convirtió en un referente para la juventud estadounidense debido a su fortaleza mental. Un niño que tartamudeaba ahora era un hombre que transmitía en sus charlas todas sus luchas con su propia mente.
Los límites del cuerpo humano van más allá de lo que pensamos. El cerebro es un músculo que hay que dominar y para ello hay que conocer nuestras limitaciones, miedos y fobias y superarlos. Rompiendo estigmatizaciones y convenciendose a uno mismo de que se es suficientemente bueno a pesar del ruido externo o las dificultades y circunstancias del día a día.
Las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos.