Un relato en primera persona de un psiquiatra que sobrevivió al terror de la II Guerra Mundial. Desde la perspectiva de un prisionero de los campos de concentración nos explica la situación y las experiencias que vivió muy de cerca.
Las conclusiones de como funciona la psique humana en situaciones en las que la vida y la muerte están divididas por una delgada línea. Cuando la ética se pone en tela de juicio pues los conocidos sufren desgracias y la ayuda no llega a todos. La desigualdad, los sufrimientos, el hambre y la pobreza que trae una guerra.
La mentalidad de los que llegaron a sobrevivir era muy diferente a aquellos que abandonaron. La apatía por la falta de sueño y la escasez de alimentos trajo consigo el desastre. Los que vieron las oportunidades en la desgracia, es decir, los más optimistas pudieron lidiar con el horror de manera más acertada y pudieron sobreponerse y aguantar hasta el final del conflicto.
El psiquiatra analiza las diferencias que se dan en la actitud de los prisioneros y como la razón y la lógica a veces es derrotada por la ignorancia más exagerada.