martes, 19 de enero de 2021

EL ALQUIMISTA (PAULO COELHO)

Un alquimista lee una variación del mito griego de Narciso, el hermoso niño tan encantado por su propio reflejo en la superficie de un lago que cae al agua y se ahoga. En esta versión, el lago a su vez está enamorado de su propio reflejo, a los ojos de Narciso antes de morir.

Un sueño recurrente inquieta a Santiago, un joven y aventurero pastor andaluz. Tiene el sueño cada vez que duerme bajo un árbol que crece entre las ruinas de una iglesia. Durante el sueño, un niño le dice que busque un tesoro al pie de las pirámides de Egipto.

Santiago consulta a una gitana para que interprete el sueño y, para su sorpresa, ella le dice que se vaya a Egipto. Un anciano extraño llamado Melquisedec convence a Santiago para que venda su rebaño y parta hacia Tánger. Cuando Santiago llega a Tánger, un ladrón lo roba y lo obliga a buscar trabajo con un comerciante local de cristales.

El comerciante conservador y bondadoso le enseña a Santiago varias lecciones, y Santiago alienta al comerciante a tomar riesgos con su negocio. Los riesgos valen la pena y Santiago se convierte en un hombre rico en tan solo un año.

Santiago decide cobrar sus ganancias y seguir persiguiendo su meta original: encontrar tesoros en las pirámides. Se une a una caravana que cruza el desierto del Sahara hacia Egipto y conoce a un inglés que está estudiando para convertirse en alquimista.

Aprende mucho del inglés durante el viaje. Por un lado, se entera de que el secreto de la alquimia está escrito en una piedra llamada Tabla Esmeralda. La última creación de la alquimia es la Obra Maestra, que consiste en un sólido llamado Piedra Filosofal que puede convertir el plomo en oro, y un líquido llamado Elixir de la Vida que puede curar todos los males.

Santiago se enamora de Fátima, quien vive en el oasis. Durante un paseo por el desierto, Santiago es testigo de un presagio, un ataque al oasis. Advierte a los jefes tribales del ataque y, como resultado, Al-Fayoum se defiende con éxito contra el asalto.

 


El alquimista se entera de la visión de Santiago e invita a Santiago a un viaje al desierto, durante el cual le enseña a Santiago sobre la importancia de escuchar su corazón y perseguir su propósito en la vida. Convence a Santiago de dejar a Fátima y la caravana por un tiempo para terminar su viaje a las pirámides, y se ofrece a acompañar a Santiago en la siguiente etapa.

Mientras continúan por el desierto, el alquimista comparte gran parte de su sabiduría. Están a pocos días de las pirámides cuando una tribu de soldados los captura. A cambio de su vida y la vida de Santiago, el alquimista entrega a la tribu todo el dinero de Santiago.

Santiago se alarma porque no tiene idea de cómo enfrentar la situación. Al tercer día, se comunica con el viento y el sol y los convence para que le ayuden a crear una tremenda tormenta de arena. Finalmente, los miembros de la tribu, asombrados por el poder de la tormenta y por la habilidad de Santiago, lo dejan en libertad (a él y al alquimista).

El alquimista continúa viajando con Santiago hasta un monasterio a varias horas de las pirámides. Allí, le demuestra a Santiago su habilidad para convertir el plomo en oro usando la Piedra Filosofal. Le da oro a Santiago y lo despide. Santiago comienza a cavar en busca del tesoro al pie de las pirámides, pero dos hombres lo abordan y lo golpean. Cuando Santiago les habla de la visión de sus sueños, deciden que no debe tener dinero y lo dejan vivir. Antes de irse, uno de los hombres intenta ilustrar la inutilidad de los sueños contándole a Santiago su propio sueño. Se trata de un tesoro enterrado en una iglesia abandonada en España donde crece un sicomoro. La iglesia es la misma en la que Santiago tuvo su sueño original, y finalmente comprende dónde está su tesoro. Regresa a España para encontrar un cofre de joyas y oro enterrado bajo el árbol, y planea regresar con él a Al-Fayoum, donde se reunirá con Fátima, quien lo espera.

 

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