Fantasía es un mundo gobernado por la Emperatriz Infantil, quien poco a
poco se debilita sin remedio. Es ella quien elige a Atreyu, un joven guerrero
destinado a realizar la búsqueda que intentará curar la grave enfermedad que
padece la Emperatriz. La Nada, se expande con rapidez y se traga todo lo que
encuentra, la destrucción de Fantasía y con ella la de todos los seres que la
habitan está en juego.
Es por ello que Atreyu, con su amuleto, un símbolo representado por dos
serpientes: una negra que muerde la cola de una blanca; emprende la búsqueda y
se adentra en paisajes tan áridos como las Montañas Muertas. El Lago de las
Lágrimas, habitado por seres que lloran constantemente y que tienen como
propósito de existencia el mantener limpia todas las guirnaldas de plata de la
ciudad de Amargánth.
Finalmente, Atreyu habla con el Oráculo del Sur quien le revela el secreto
para enfrentar la enfermedad de la Emperatriz.
Bastián es el niño que lee la gran aventura de Atreyu y se adentra en este
fantástico mundo, se convierte, sin saberlo, en el único capaz de salvar a la
Emperatriz. Un humano proveniente del mundo exterior debe darle un nuevo nombre
a la Señora de los Deseos, la de los Ojos Dorados. Así la Nada dejará de destruir todo lo que
encuentra y todo volverá a ser como antes.
Bastián se convierte en el nuevo héroe de la historia y es recompensado
con la estancia en Fantasía, donde su aspecto físico y sus habilidades cambian
de manera espectacular. Puede pedir cualquier deseo y se le cumplirá. Sin embargo,
cada vez que pide un deseo pierde un recuerdo de su vida anterior y se aleja cada vez más de su mundo. Consigue hacerse con
el amuleto de Atreyu y se hace con el poder.
Lo que en un principio es un gran cambio en beneficio de Bastián se
convierte en un pesar. La estancia en Fantasía se prolonga y su amistad con
Atreyu continúa, pero vemos el lado más amargo de la historia cuando Atreyu le
pide que le devuelva el amuleto y Bastián se niega. Bastián traiciona a la Emperatriz
Infantil y destruye la Torre de Marfil, episodio en el que Atreyu resulta
herido de gravedad.
Fújur, el dragón de la suerte, los acompaña en sus aventuras, y cómo no, al
ser un dragón de la suerte todos salen beneficiados. Bastián debe elegir si quedarse
eternamente en Fantasía con su aspecto nuevo y todas sus ventajas o regresar al
mundo de los humanos y volver a ser tan normal como antes.
Atreyu, su amigo le aconseja lo segundo y de esta forma Bastián quien ya
carece de casi todos sus recuerdos, recurre a Doña Aiuola, en la Casa del Cambio
y más tarde va a las minas donde debe cabar para encontrar una imagen, un sueño
olvidado que le permita regresar al mundo real.
Una historia repleta de aventuras, peligros y hazañas. Que permite comprender
lo importante que es la imaginación; una habilidad que si no se cultiva perdemos muy fácilmente.