En estos casos Poirot acompañado por su inseparable amigo Hastings usa todas su materia gris y su intelecto para resolver cada uno de ellos.
Un pañuelo le sirve para explicar los motivos y los hechos ocurridos en el caso de un asesinato. La ventana abierta le ayuda a confirmar sus sospechas.
El robo de los planos de un submarino parece inexplicable hasta que Hércules Poirot interviene y da una explicación razonable.
En todos los casos los presentes quedan impresionados por las cosas tan extrañas a las que nadie habría prestado atención y que ayudan a desenmarañar o dan respuesta a las acciones y los actos de los criminales. La fama del conocido detective queda reafirmada de nuevo.
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