¿Cómo comenzó todo? La teoría del Big Bang es la mejor explicación con base científica que el ser humano plantea para resolver las principales cuestiones sobre nuestra existencia.
Se cree que el universo se está expandiendo desde que comenzó en un inicio, un punto en el que se concetraba toda la materia, hasta que poco a poco dicha materia se enfría, cómo se desarrolló a lo largo del tiempo.
¿Cómo se forman las estrellas y las galaxias? ¿Cómo surgió la vida en nuestro planeta? ¿Terminará todo con un Big Crunch (gran colapso) o un Big Rip (gran desgarramiento)? ¿Podríamos extinguirnos si otro meteorito impacta sobre la Tierra?
En el principio fueron los fotones, y hubieron
de transcurrir casi cuatrocientos milenios para que el enfriamiento alcanzara los tres mil grados
Kelvin y se iniciara la “Era de la Recombinación”, en la que de la sopa subatómica surgieron los
átomos. Y más tarde aún, la gravedad generó la estructura.
El nacimiento de una estrella se da a partir de nubes de gas y polvo, compuesta por los principales (elementos hidógeno y helio), algunas evolucionan hacia gigantes rojas y eventualmente expulsan sus capas exteriores, formando nebulosas.
Las Nebulosa Tarántula es uno de los objetos astronómicos más interesantes de la Gran Nube de Magallanes y el más importante de la galaxia vecina de la Vía Láctea. Es la Nebulosa de emisión más grande conocida.
Un tema central de la biografía del universo es el de la aparición de vida en nuestro planeta, un
aspecto que la cosmología aborda en su raíz con la búsqueda de “los elementos constructivos de
la vida”, en palabras de Gribbin. Las nubes de las que se generan las estrellas incluyen
cantidades relevantes de acetileno y cianuro, compuestos químicos que pueden dar lugar a los
aminoácidos, así como trazas de acetileno y aldehído glicólico, que pueden generar el azúcar
ribosa. De hecho, los meteoritos pueden contener azúcares, incluida la glucosa, y glicerol,
además de aminoácidos y ácidos carboxílicos. Sin embargo, incluso en los meteoritos más ricos
en materia orgánica, faltan algunos elementos esenciales para la construcción de un ser vivo
primitivo, por lo que para un biólogo resulta difícil compartir el entusiasmo de Gribbin por los
indudables avances realizados en este campo.
En este libro menciona varios campos especializados de la física moderna: la física
de las partículas del universo más temprano, la teoría de cuerdas, la naturaleza del lado oscuro
del universo (materia oscura y energía oscura), la nucleosíntesis cosmológica (Proceo por el cuál las reacciones nucleares trnasforman unos elementos químicos en otros), la producción de
elementos en las estrellas y la naturaleza del polvo interestelar, la formación de galaxias, en
general, y de nuestro sistema solar en particular.
En este largo menú, muchos de los platos,
como la teoría de cuerdas, están en una fase teórica que no sólo no ha sido aún refrendada por
una evidencia experimental sino que será en extremo difícil someterlos a dicha prueba de fuego
en un futuro más o menos próximo.
La biografía del universo no puede ser hoy más que una mezcla de abundante teoría, limitadas
pruebas basadas en la observación y un buena dosis de fantasía.
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