Sheila Webb, mecanógrafa contratada, llegó al 19 de Wilbraham Crescent en la ciudad costera de Crowdean para aceptar un nuevo trabajo. Lo que encuentra es un cadáver bien vestido rodeado por cinco relojes. La Sra. Pebmarsh, la dueña ciega del No. 19, niega todo conocimiento de haber llamado a la agencia de secretaría de Sheila y preguntar por su nombre, pero alguien lo hizo. Tampoco posee tantos relojes. Y ninguna mujer parece conocer a la víctima.
Colin Lamb, un joven especialista en inteligencia que trabaja en un caso propio
en el astillero naval cercano, se encuentra en la escena en el momento del
espantoso descubrimiento de Sheila Webb. Lamb conoce a un solo hombre que puede
investigar adecuadamente un crimen tan extraño y desconcertante como lo que sucedió
dentro del número 19: su amigo y mentor, Hércules Poirot.
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