Un chico huérfano, metido en el mundo del narcotráfico y amenazado de muerte huye hacia Galicia haciendo autoestop, otro muchacho de su misma edad viaja con él para acercarlo a la ciudad de La Coruña.
En este pequeño recorrido en coche de unas dos horas, Mauricio y Pablo entablan conversación y deciden turnarse para conducir, primero dormirá Mauricio y, tras una parada para tomar café, Pablo dejará el volante y descansará para ir al día siguiente a trabajar espavilado.
Mauricio, tras su agitación por el chanchullo en el que se encuentra, consigue conciliar el sueño y se desvela atormentado, pensando que los colombianos que lo persiguen le han encontrado. Tras el susto, se da cuenta de que todo ha sido una pesadilla. Realizan el pequeño descanso en medio de la carretera, después de un largo rato, y Mauricio coge el volante.
De esta manera ahora es Pablo el que puede descansar. Todo se vuelve confuso, cuando se produce el accidente de coche. El conductor queda gravemente herido y su acompañante muere.
Es en el hospital cuando Mauricio despierta y recuerda vagamente cómo había terminado en esa camilla. Según el doctor y la enfermera que le atiende lleva unos tres meses en coma, y presenta dificultad para hablar y mover las piernas.
La trama comienza con un golpe de suerte, cuando Mauricio se da cuenta que durante tres meses lo han confundido con Pablo. Tras recordar su negro pasado y con la dificultad todavía de vocalizar, decide dejarlo como está, y no desvela su verdadera identidad. De esta manera, ya no es un problema para los colombianos que lo persiguen, ya que piensan que ha fallecido durante el accidente.
Así, el nuevo Pablo comienza su rehabilitación en el hospital y con ayuda de dos tías abuelas que no lo veían desde que Pablo tuviera 5 años de edad; y una comprometida enfermera comienza su lenta recuperación.
Esta segunda oportunidad que se le presenta es un alivio, y tras más de un mes en el hospital decide dirigirse a Ferrol, donde Pablo trabajaba para retomar su profesión de celador en el hospital. Allí, trabaja en el departamento de oncología y aprovecha su golpe de suerte para tratar de arreglar sus situación. En principio el único interés que tiene es coger la indemnización por el accidente, pero poco a poco su forma de ver las cosas cambia.
El nuevo Pablo se convierte en una luz en medio de la oscuridad, es para muchos pacientes un apoyo incondicional.
Un extraño viaje lleno de emociones encontradas y recuerdos de un pasado que ya no le pertenece.
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