La hija de un millonario americano lleva diez años casada con un hombre al que no ama y su padre, queriendo su felicidad le recomienda pedir el divorcio. De esta forma él quedaría arruinado y ella podría ser finalmente libre. Para animar a la chica el padre le regala unas piedras preciosas, unos rubíes.
Más adelante, la chica prepara su viaje hacia Francia en el prestigioso Tren Azul y lleva consigo a su ayuda de cámara.
Poco después varias coincidencias suceden y la señora Grey coincide en el mismo coche y charla con la muchacha. Más tarde, durante la cena Grey conoce a Poirot, un detective ya retirado.
Cómo es habitual el descanso de este detective se acaba casi antes de comenzar. El asesinato y el robo de los rubíes ocurre tan pronto como llega el tren a Lyon. De esta forma, se suceden varias historias y conocemos el carácter de muchos de los personajes de esta novela.
En cuanto se entera de la noticia el padre de la chica decide acompañar a Hércules Poirot en sus investigaciones. Con un final nada predecible esta novela nos deja en el mayor de los suspenses hasta el último momento.
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