Es difícil escribir un libro sobre brujas y magos sin que a veces sea aburrido. La autora J. K. Rowling hace algo increíble con su serie de Harry Potter: escribir una novela de fantasía que se lee como un apasionante misterio lleno de suspense.
Hay algunos elementos distintivos en la escritura. El aspecto distintivo del trabajo de Rowling tiene que ver con la creación de un mundo de fantasía extremadamente interesante y surrealista en el que ubicar a sus personajes, basado en la brujería y la magia.
Este mundo consiste en una escuela donde se enseñan algunas materias fascinantes relacionadas con la magia con libros de cursos como "Guía para principiantes sobre transfiguración y bestias fantásticas y dónde encontrarlos"; Quidditch, un juego híbrido de baloncesto / fútbol que se juega con escobas voladoras, búhos mensajeros y una burocracia completa para personas mágicas (que determina quién puede realizar magia y quién no, y una prisión con guardias que se alimentan de la miseria humana).
Si bien estamos interesados en lo que le sucede a Harry, el lugar en el que habita es igual de emocionante, si no más.
Pero un mundo así sólo no sería adecuado para mantener la atención del lector. Las bellas e imaginativas descripciones de Rowling de los eventos que ocurren en él transportan al lector al reino mágico.
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